A los 14 años di mis primeros pasos participando en el Centro Cultural Todos Juntos en la Pincoya durante la Dictadura Militar en Chile.
Ese camino me llevó luego a ser Presidenta de Junta de Vecinos, presidenta de un Consejo de Desarrollo local de un Centro de Salud Familiar y, finalmente, la vocación de mi vida: el cuidado del Medioambiente.
Junto a Mauricio mi esposo llegamos hace 20 años a Maipú. Desde esa época somos vecinos de la Villa Pehuén junto a nuestros hijos Constanza y Alonso.
Nuestro derecho a un buen vivir
El Patio trasero de la Capital
Lamentablemente, con el paso de los años el sector Poniente se ha convertido en el “patio trasero” de la Capital, donde se ubican la mayoría de los rellenos sanitarios, fábricas peligrosas y fuentes de contaminación.
Después del estallido social que cambió a Chile, la gente está mucho más atenta a los problemas de su comunidad, se involucra más. A través de nuestro trabajo en la Cámara de Diputadas y Diputados queremos revertir esta situación y trabajar hacia una mayor equidad territorial.





Reconocimiento internacional
El 2020 tuve el honor recibir el primer “Reconocimiento Latinoamericano de Defensores y Defensoras del Medio Ambiente” por las organizaciones alemanas Taller Latinoamericano de Investigación y Desarrollo (TALIDE) y el sindicato Arbeit un Leben, en conjunto con El Movimiento Socioambiental Comunitario por el Agua y el Territorio. (MOSACAT).
Este gesto reconoce el trabajo de muchas personas con quienes participamos la defensa de la Quebrada de la Plata, la lucha contra el oleoducto de SONACOL en Maipú y el apoyo contra el proyecto “Cerrillos Data Center” de Google, en la Región Metropolitana.
Mi madre Albertina
Soy hija de Albertina Riquelme, que además de ser mamá y maestra, fue arpillera en La Pincoya.
Albertina junto otras mujeres fueron parte de una generación que contó al mundo las atrocidades que sucedían en Chile a través de su arte.